El ácido láctico ha sido considerado
como el precursor energético inmediato en la célula muscular, culpable
fundamentalmente del cansancio y de la fatiga muscular. El lactato es considerado en la actualidad como
un sustrato susceptible de ser oxidado y que permite la movilización de las
reservas de glucógeno entre los diferentes tipos de fibras musculares. Además,
el lactato actúa como un regulador del equilibrio redox celular a través de su
conversión a su análogo oxidado, el piruvato, mediante la acción de la lactato
deshidrogenasa.
En su lugar, el organismo va a
aprovechar todavía esta molécula de tres átomos de carbono, bien para terminar
de obtener la energía contenida en sus enlaces, bien para utilizarla como
sustrato precursor de glucosa y por tanto de glucógeno. El destino metabólico
de este lactato producido en la glucólisis puede seguir uno de estos tres
caminos
.
1)
Actuar
como factor gluconeogénico en el músculo.
2)
Ser
oxidado en diferentes tejidos, principalmente
en el músculo esquelético y el
músculo cardíaco.
3)
Ser
captado por el hígado y /o los riñones
para la posterior síntesis de glucógeno
hepático
en el ciclo de Cori.
Oxidación
del Lactato: Existe
la opción de reutilizar el lactato como combustible en otras células musculares
diferentes a la que lo han producido (principalmente fibras glicolíticas tipo
II). Son las fibras tipo I y los miocitos cardíacos las células captadoras de
lactato sanguíneo que van a utilizarlo posteriormente como combustible
transformándolo en ácido pirúvico e introduciéndose en la mitocondria para
completar su oxidación.
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